
La conciencia global está cambiando y cada día más personas en el mundo se suman a la lucha por aumentar el cuidado de la naturaleza. El turismo, en este sentido, se hace más responsable, transformando la forma de actuar que ha sido la norma hasta el momento por una actitud mucho más respetuosa con los entornos que visita.
“Dejar el lugar mejor que como estaba antes de llegar” es ya una norma de comportamiento en la clase turista en los destinos vacacionales. La humanidad comienza a entender que lo que se hace a la naturaleza, independientemente del lugar, termina haciéndoselo a ella misma. Tirar un plástico o una lata de refresco en Tulum es lo mismo que hacerlo en el salón de la propia casa. Organizaciones como Econopeco trabajan para que viajar de forma sostenible y con cero residuos sea una realidad.
Viajar y cuidar el medioambiente
La educación y la concienciación en el respeto al medioambiente y los entornos naturales que se visitan debe ser una ley entre los viajeros. Poco a poco, los turistas van entendiendo que ir a un lugar no significa que este tenga que rendirse ante ellos; que no se tiene la libertad de hacer lo que se quiera, incluyendo ensuciar y maltratar el espacio natural.
Cada vez son más los que dedican parte de su tiempo de visita al cuidado de los espacios naturales que van a disfrutar, no solo evitando ensuciar o contaminar en algún sentido, sino colaborando en su conservación y siendo ellos mismos los que limpian lo que otros dejaron.
Es de vital importancia eliminar hábitos y costumbres negativas en esos lugares que ofrecen sus encantos para el turista. Para ello, se pueden seguir los consejos de Econopeco para viajar sin generar residuos que se localizan tras este enlace. Gracias a estos consejos y guías, la experiencia del viajero será mucho más gratificante, puesto que se abandonará el lugar sabiendo que queda igual o mejor de cómo estaba cuando se llegó a él.
La huella ecológica del turista tiene que ser igual a cero, contribuyendo al balance natural de los entornos de manera positiva. Protegiendo estos espacios naturales que se visitan, el propio viajero tendrá una percepción más cercana y amable, más comprometida y, por tanto, más real de su paso por el destino.
Revertir la huella ecológica del turismo
Existe un interés creciente por la naturaleza en términos globales, su conservación y protección es uno de los principales problemas que preocupa a la sociedad en su conjunto. La observación de los entornos y ecosistemas naturales propicia un 20 % del total de los viajes internacionales.
Y, aunque la intención es buena, querer observar a la fauna y flora silvestre en sus espacios implica un agravamiento de esa mencionada huella ecológica, según afirman los organizadores de Forúm TurisTIC.
En este sentido, llegan buenas noticias, ya que los expertos en turismo afirman un cambio de tendencia en el sector. Y aunque estos viajes a la naturaleza continuarán aumentando, el sentido de “Nuevo Turismo” que viene a dar prioridad a la sostenibilidad ambiental y cultural de los viajes se irá imponiendo con mayor fuerza, sobre todo en los más jóvenes. La idea que trae consigo el Nuevo Turismo Ecológico no es otra que la de disfrutar de los parajes naturales revirtiendo la huella ecológica.
No es de extrañar, por tanto, que cada vez más paquetes vacacionales que se ofertan por las agencias de viajes incluyan una plantación de árboles, una visita a centros de colaboración al desarrollo, aulas de protección de especies, actividades lúdicas relacionadas con la mejora de los ecosistemas…
Recomendaciones para que el viajero tome parte activa en la conservación de la naturaleza
El viajero debe tomar conciencia antes de emprender una aventura vacacional a otro lugar sobre la necesidad de formar parte del cambio. Para ello, deberá contactar con empresas y agencias de viaje que tengan como prioridades la conservación del medioambiente y el respeto por la naturaleza, valorando las acciones que realiza para minimizar los daños que el turismo lleva a cabo en los destinos.
Por otra parte, el turista debe superar un escalón tan importante como es el del consumo. No por mucho consumir la experiencia es más gratificante. En este sentido, es importante que las compras que se realicen estén apoyadas en decisiones medioambientales; el producto que se adquiera debe ser ecológico, local, artesanal…
Se debe pensar que el gasto energético es igual de perjudicial en casa como en el lugar donde se resida durante las vacaciones, por lo que hay que dar importancia a no malgastar los recursos. Ahorrar en consumos, como la energía eléctrica o el agua, también debe formar parte de la forma de pensar y actuar del nuevo turista.
Limpiar los lugares que se visita, de forma natural, sin obsesiones, solo como un ejercicio añadido al caminar por los senderos, al descansar sobre la arena de la playa, en el risco de una montaña o entre los árboles, en los bosques. Llevar una bolsa para introducir parte de la “basuraleza”, que casi con total seguridad aparecerá en los espacios que se visitan, debe formar parte del equipaje de todo turista concienciado.
No se ha de ensuciar, ser ruidoso ni llevar perfumes que perturben la vida animal. En cambio, se deben utilizar dispositivos electrónicos de carga solar y usar protectores solares ecológicos. Si se observan animales en libertad, hay que quedarse quietos, sin hacer ruido, no seguirlos ni tratar de captar su atención, todo lo contrario, se deberá hacer todo lo posible para pasar desapercibido y no interactuar con sus vidas.
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